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Publicado: 14 de Mayo de 2020
Si algo bueno han tenido estas semanas de confinamiento en mi casa es el tiempo de calidad que hemos pasado en familia. Los días han transcurrido sin apenas acontecimientos, por lo que había poco de que hablar sobre sucesos y se terciaban otro tipo de conversaciones en las que lo importante era la persona.
En ocasiones creemos que la comunicación sólo necesita de un emisor, un receptor, un mensaje y un canal. O eso es lo que nos enseñaron en el cole. Pero la comunicación va mucho más allá: la comunicación puede generar emoción, aprendizaje, relación, compromiso, aceptación, pero también juicio, amenaza o represión.
¿Cómo nos comunicamos con las personas que nos importan?
Además de los elementos ya mencionados, yo destacaría otros no menos relevantes y que no solemos tener en cuenta:
a) El objetivo de la comunicación: ¿Qué queremos conseguir? Tal vez es generar una buena relación, descubrir a la otra persona, aprender de ella, motivar un cambio… En función de nuestro objetivo, nuestro paralenguaje puede ser muy diferente y es crucial conocerlo para que esté alineado con el mensaje y resulte auténtico.
b) Gestionar los estados emocionales: ¿Desde donde estamos comunicando? Quizá desde la rabia, la frustración o la tristeza. Y quizá estos estados no están relacionados con la persona con la que comunicamos, pero sin duda trascenderán. Escuchar nuestras emociones, aceptarlas y gestionarlas será un paso importante para que no contaminen la relación.
c) Revisar nuestras creencias y expectativas: ¿Qué esperamos del otro? Su respuesta puede frustrarnos si no estamos abiertos a la aceptación. En ocasiones, sabemos más de la otra persona que ella misma. O eso creemos. O esperamos de ella algo que ni siguiera le hemos pedido…
d) Escoger bien las palabras: No es lo mismo una“bonito paisaje” que un “marco incomparable”. Las palabras evocan sensaciones ¿Qué imagen, olor, sabor o textura queremos transmitir?. Seamos precisos, pues nuestro lenguaje es muy rico y ofrece múltiples oportunidades.
Los grandes comunicadores saben que no es tanto lo que dices como cómo lo dices y desde dónde lo dices. Si somos capaces de incluir estos conceptos, nuestra comunicación fluirá de forma más sincera, cercana y empática.
¿Quieres probarlo?